Metales. Memorias inéditas

El proyecto expositivo “Metales. Memorias inéditas”; se concibió con la idea primigenia de establecer una alianza entre escritores de graffiti de Colombia y Venezuela, para estrechar lazos culturales, crear un espacio idóneo para dialogar sobre la tendencia del trainwritting - acción de pintar caligrafías sobre trenes - y a la vez visibilizar el trabajo artístico de los participantes. En este sentido, se creó una puesta en escena con una breve selección del material documental que resguardan celosamente estos crews, develando parte de sus registros inéditos en torno a estas pintadas, junto a un seriado de obras pictóricas que hablan de los diferentes imaginarios que a la par de esta práctica desarrollan cada uno de ellos. Avalando de esta forma, la esencia de una manifestación cultural que no tiene intenciones de desaparecer, sino de reinventarse sin cambiar su naturaleza clandestina, pues va evolucionando a la par del mundo que lo contiene. Para esta exposición trasladamos de las calles, sistemas férreos y avenidas de nuestras urbes la presencia de estos artistas caligráficos, adaptando sus obras al espacio del cubo blanco, teniendo muy en cuenta que no es lo mismo hacer un graffiti en las paredes que hacerlo en los trenes; pues la intención es mostrar una visión distinta en referencia a la percepción del fenómeno del graffiti como acto vandálico, para a través de sus experiencias, entender un poco el sentido artístico que esta intrínseco a esta tendencia. Dormir en cualquier parte, no comer durante horas, esperar inmóvil, silente, acechar los trenes como a una presa, saber mirar y avanzar en el momento oportuno, capturarlo, pintarlo, congelarlo para el recuerdo y conservarlo en el papel, en secreto, como un trofeo que entiendes que no todos podrán tener, es parte de alcanzar la satisfacción de ver la obra en movimiento. Sentir como corre la pintura en el frío del metal a plena oscuridad, oír los ladridos de los perros de seguridad y experimentar la adrenalina que genera el irrumpir en sistemas de seguridad subterráneos o ferroviarios, con la intención de ver culminada la “pieza” y “coronar la misión”, da fe del alto compromiso que consigo mismo y con su arte poseen estos escritores. El graffiti en trenes no es solo ver tu nombre estéticamente pintado en el “panel” (vagón de tren), es una actividad física y mental, que genera adicción, además de que te impulsa a convertirte en un ser errante, a querer acumular modelos y países, a quebrantar seguridades máximas, a correr por tu vida y aprender a salir ileso, a convivir con colegas que en ocasiones ni hablan tú mismo idioma, pero te entienden y que a la hora de la verdad terminas confiándoles la vida acabándolos de conocer. Todo eso y más, es parte del modus vivendi del escritor de tren. Cuando analizo y entiendo toda la intención de lo que está detrás, de lo que los motiva, me doy cuenta que la relevancia de la obra que uno puede ver sobre el tren queda en segundo plano, ante la intencionalidad del escritor, que queda intrínseca al hecho mismo de concretar la obra, dejando claro que en ninguna otra tendencia artística hay una pulsión que se le equipare. 

Carolina Sanz 
Curadora 
CCS Arte Actual